martes, 13 de mayo de 2008

Si tomas la influencia, por lo menos reconoce de dónde la estás tomando...

“No apacigüemos al día y salgamos a cara descubierta
cara a los países desconocidos que interrumpen el canto de los pájaros
la asechanza se instala a lo largo de un ruido de confines de planetas
no prestes atención a las orugas que tejen
una carne sutil con hombros y senos posibles
sino sólo a los milibares que se plantan en el ojo de una tormenta
para liberar el espacio donde se yerguen el corazón de las cosas y la llegada del hombre
Sueño no apacigüemos
entre los clavos enloquecidos
un rumor de lágrimas que se dirige a tientas hacia el ala inmensa de los párpados”.

“Milibares de la tormenta”, Aimé Césaire.

sábado, 26 de abril de 2008

Solo Literatura. Solo Ficción.


Yo, mientras tanto me distancio: leo el siguiente cuentito. En realidad, para secarme las lágrimas.

Opresión

El Maestro siempre permitía que cada cual creciera a su propio ritmo. Que se sepa, nunca pretendió "presionar" a nadie. Y él mismo lo explicaba con la siguiente parábola. "Una vez, al observar un hombre como una mariposa luchaba por salir de su capullo, con demasiada lentitud para su gusto, trató de ayudarla soplando delicadamente. Y en efecto, el calor de su aliento sirvió para acelerar el proceso. Pero lo que salió del capullo no fue una mariposa, sino una criatura con las alas destrozadas.Cuando se trata de crecer, concluyó el Maestro, no se puede acelerar el proceso, porque lo único que puede conseguirse es abortarlo."


Pero, qué quieres: me produces vergüenza ajena.