“No apacigüemos al día y salgamos a cara descubierta
cara a los países desconocidos que interrumpen el canto de los pájaros
la asechanza se instala a lo largo de un ruido de confines de planetas
no prestes atención a las orugas que tejen
una carne sutil con hombros y senos posibles
sino sólo a los milibares que se plantan en el ojo de una tormenta
para liberar el espacio donde se yerguen el corazón de las cosas y la llegada del hombre
Sueño no apacigüemos
entre los clavos enloquecidos
un rumor de lágrimas que se dirige a tientas hacia el ala inmensa de los párpados”.
“Milibares de la tormenta”, Aimé Césaire.
3 comentarios:
Me gustó tu ventana.
Que ganas de leer algo tuyo.
Saludos.
hola, cómo estas?
Llegué de casualidad... qué bueno acordarse de cesaire... un profe de colegio muy cercano me prestó un libro, que luego se perdió...
gracias por compartir
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